ELAN
Corriente de vida subterránea que se expresa con sutileza. Su huella está ahí para los que la quieran ver. Su cause se abre en un gran delta de ríos que va dejando marcas indelebles al posar sus pies en cada ser. Su presencia no es siempre evidente, a veces se disfraza. A pesar de no tenerla en cuenta, la corriente hace su tarea aportando su bagaje.
Inevitable presencia en nuestro interior.
Seguir sus rastros despierta la mirada sobre nosotros mismos, a veces amamos su presencia, a veces la rechazamos, otras la queremos ocultar pero lo que se nos hace imposible es evitar su influencia. Su viaje no tiene comienzo, viene del pasado para alimentar el presente y continúa su andar al futuro llevándose nuestro aporte sin pedirnos permiso.
Me detengo, afilo mis sentidos para percibirla y descubro sus huellas enredadas en mi, veo y escucho con sorpresa que me dan identidad contándome todo lo que recibí de otros, otros que estuvieron en este mundo antes que yo.
Sus pies caminan y van dejando su herencia de generación en generación.
Estas imágenes son un hilván de rasgos, formas, miradas, seres que entrelazan esta red humana y sumergida en la corriente vital nos hacen ser, en parte, solo en parte, lo que somos.
En este trabajo utilicé la técnica del cianotipo como un recurso para expresar esta corriente vital. Imágenes nuevas con personas actuales, de mi familia, y objetos recibidos de otras generaciones se entrelazan con imágenes viejas con personas que ya no están y así conviven en un mismo tiempo, simbolizando este fluir de vida que es la corriente vital de la cual todos participamos.
Ana Zorraquin